Ella.

Niñata adolescente, vende su alma al diablo por un paquete de tabaco. Se cree especial por llevar un pitillo en una mano y un cubata en la otra cuando sale de fiesta. No tiene autoestima. Ella no tiene ni expectativas, ni metas, ni sueños. Cree ser inferior a los demás y es un intento de moderna, aunque sabe que nunca llegará a serlo por culpa de su maldito cuerpo. Vive por debajo de sus posibilidades. Ella intenta enrollarse con el máximo número de tíos aunque tiene novio. A ella ya le da igual que le llamen puta, porque al fin y al cabo no le importa parecerlo. Ella es demasiado realista, por no decir pesimista. Ella se arruina la vida por un par de cigarrillos. Ella siente que puede borrar el pasado calada a calada. Ella piensa que el humo se llevará sus recuerdos. Ella quiere crecer, pero ve el futuro tan negro como sus pulmones. Ella pasa sus días entre cigarros y algún que otro peta. Quiere ser libre y feliz pero su vida está llena de hipocresía y falsedad. Ella solía oler a perfume y no a bar de carretera. También tenía los dientes blancos, al igual que sus uñas. Tenía una voz impresionante, no ronca. A ella no le importa quemarse con el filtro porque sabe que es lo que le hace esta droga por dentro, quemarle.

Mejor amigo 25.

No he conocido a nadie nunca que me apreciara tanto como tú. Gracias en serio. Muchísimas gracias por ser tal y como tú eres, por tener esa sonrisa indestructible siempre. Si tuviera que definirte con una palabra sería: FELIZ. Emanas felicidad y alegría a todo aquel que te rodea. No he conocido a ninguna persona en la que su sonrisa tuviera tanto poder. En cuanto la veo ya me dan igual todos los problemas que tengo, aunque esté a punto de llorar, me surge esa pequeña risita tímida, la que poca gente me saca. Y es que es extraño que lo que más me gusta de una persona es cuando la hago sonreír mientras llora. Esa risa estúpida que asoma en sus caras con un sonido que hace parecer idiota a cualquiera. No sé, pero es que me encanta ver eso de la gente, hasta me gusta de mí (y que algo me guste de mí ya es un logro! jajajaja).
El caso es que te quería dar las gracias por ser tan buena persona conmigo, por hacer que disfrute de la vida más que nadie, y por hacerme feliz. Me acuerdo de ti día y noche, y créeme, he de reconocer que es bastante duro no tenerte y verte cada mañana para levantarme la moral. También quería reconocer que he llorado, al igual que estoy llorando ahora mismo escribiéndote esto. Y quería volver a darte las gracias por hacer que estos 9 meses juntos fueran los mejores de mi vida, creo que me harían falta mil y una vida para para darte las gracias como te mereces por todo lo que has hecho por mí. Dios, te echo muchísimo en falta, y parece que no, pero me emociono mucho al leer tus privados y saber que sigues vivo y te va todo bien. Tengo que ser egoísta pero he de pedirte que vuelvas. Es que, te necesito, tus largos paseos con charla constructiva incluída son mi raya de cocaína a la que soy adicta; en serio, he intentado asimilar que no estás y sustituírte por otras cosas. Pero no es lo mismo, no eres tú. A veces tengo ganas de hacer la maleta, coger un avión a Madrid y marcharme cualquier día a visitarte. Si fuera tan valiente como tú también viviría la vida como tú haces, pero no lo soy. Que soy solamente otra de las muchas personas que existen en el mundo, sin nada especial. Tú que me conoces bien sabes que me iría a vivir contigo; pero no puedo. Espero que algún día regreses para verme, y si no, te buscaré, o me buscarás, un día, tal vez tarde, pero volveremos a encontrarnos. Sabes donde vivo y mi número de teléfono, así que cuando quieras ya sabes. En serio, vuelve YA! Recuerdo lo mucho que siempre me has ayudado y lo bien que me has hecho sentir en infinitas veces. Mira, quizás nuestra despedida no fue la mejor de todas; pero simplemente es que no fue un adiós, fue un hasta luego, y que pronto estarás aquí.
Me encantó el último privado que me mandaste, donde decía: Tequiero, tequiero, te quiero! Eso fue lo mejor, saber que me quieres tanto como yo a ti, y me lo has demostrado.


Que les den a los 600 km de distancia. Te quiero Cris. Para siempre, MEJOR AMIGO 25.

25-5-2011.

It's the way I'm feeling.

Y ahora es cuando comprendo que mi vida no tiene ningún sentido, y ahora es cuando aprendo que el viento es mucho más fuerte que las palabras, y que, por mucho que las escribas, lo malo podrá con ellas. Que no sólo lo dicho se llega a olvidar, si no que lo escrito se puede borrar, y lo hecho se queda en el pasado. 

No sé si debo arrepentirme de lo que he dicho o hecho. No sé si simplemente ahogarme en la bañera un día de estos. No lo sé. Pero entonces me doy cuenta de que lo que más odio de la gente lo puedo llegar a hacer yo, sin darme cuenta, pensando que está bien, y que en realidad, no lo está. 

Y tal vez debería ahora cuestionarme si realmente merece la pena arrastrarme así por todo el mundo. Dios, cómo puede cambiar todo en tan poco tiempo? Es decir, el día de hoy iba perfecto hasta que me decidieron joder el día. Entonces me di cuenta de que todo no iba tan bien, que la felicidad que te producen algunas cosas es tan grande que te impiden ver con claridad que otras no van tan bien como piensas. 

Y al final lo único que importa es por lo que has luchado de verdad. En serio, luchad al máximo por todo siempre, porque cuando te sale bien piensas: "Valió la pena". Y eso te hace ver que todo se puede conseguir con esfuerzo, con perseverancia, con alegría, con esperanza. SIEMPRE hay esperanza. 

Pero en mi caso yo no la encuentro. Yo no luché por aquello que quise, pensé que lo hacía, pero lo único que conseguía era estropearlo todo, y ahora puede que jamás lo recuperaré. Porque me he enterado de que no le importo a nadie, que no soy nada para nadie. Nada.

 

 Mi mejor amigo vive a 600 km de distancia. Él era el único que me escuchaba, el único que me entendía, el que no me ignoraba, el único que sabía lo que tenía y lo aprovechaba al máximo, el único que no me criticaba, que no hacía caso a lo que los demás decían, el único que no me ha decepcionado. Y sé que no lo hará porque es un amigo de verdad.

Y al fin y al cabo lo último que me queda es la única persona por la que luché. Ella. Es la que aún está aquí. Y es cuando se nota que cuando luchas por algo lo consigues. Puede que todo no sea exactamente como antes, pero esos 15 minutos cada jueves me sirven más que cualquier cosa. Con sólo una sonrisa cuando le cuento algo ya me llega para toda la semana. Le quiero, por y para siempre.