lunes, 30 de julio de 2012

Ella.

Niñata adolescente, vende su alma al diablo por un paquete de tabaco. Se cree especial por llevar un pitillo en una mano y un cubata en la otra cuando sale de fiesta. No tiene autoestima. Ella no tiene ni expectativas, ni metas, ni sueños. Cree ser inferior a los demás y es un intento de moderna, aunque sabe que nunca llegará a serlo por culpa de su maldito cuerpo. Vive por debajo de sus posibilidades. Ella intenta enrollarse con el máximo número de tíos aunque tiene novio. A ella ya le da igual que le llamen puta, porque al fin y al cabo no le importa parecerlo. Ella es demasiado realista, por no decir pesimista. Ella se arruina la vida por un par de cigarrillos. Ella siente que puede borrar el pasado calada a calada. Ella piensa que el humo se llevará sus recuerdos. Ella quiere crecer, pero ve el futuro tan negro como sus pulmones. Ella pasa sus días entre cigarros y algún que otro peta. Quiere ser libre y feliz pero su vida está llena de hipocresía y falsedad. Ella solía oler a perfume y no a bar de carretera. También tenía los dientes blancos, al igual que sus uñas. Tenía una voz impresionante, no ronca. A ella no le importa quemarse con el filtro porque sabe que es lo que le hace esta droga por dentro, quemarle.531446_429059163803228_1506483845_n_large